Entre el auge y la zona gris legal
En la popular región turística de Arona, Adeje / Las Américas, Los Cristianos, en el sur de Tenerife, la cantidad de clubs de cannabis ha aumentado rápidamente en los últimos años. Aunque muchos visitantes agradecen esta oferta, la realidad para los propietarios de estos clubs es a menudo delicada e incierta. Con frecuencia, estos clubs están en el punto de mira de la policía, ya que se les acusa de infringir la salud pública y de tráfico ilegal de drogas.
Relaciones públicas en las calles y en línea: Una publicidad que genera conflictos
Un factor controvertido que complica aún más la situación de los clubs de cannabis en Tenerife es la publicidad agresiva a través de los llamados «PRs» (Promotores) que se dirigen especialmente a los turistas en las calles. En Arona / Las Américas, Los Cristianos estos promotores no solo trabajan para bares y locales que ofrecen alcohol barato, sino también para los clubs de cannabis. A menudo incluso abordan a familias con niños, algo que muchos residentes y turistas consideran inapropiado.
Además del contacto directo en la calle, la publicidad también se ha trasladado a las redes sociales. Plataformas como Instagram o Google permiten a los clubs promocionar sus ofertas y atraer a un público más amplio a través de reseñas positivas de los visitantes. Sin embargo, estas estrategias de relaciones públicas a menudo atraen la atención de la policía, lo cual conlleva consecuencias.
Operativos policiales: Cierres y denuncias por infracciones
Las estrategias de los clubs para promocionarse a través de PRs suelen atraer también a policías encubiertos que se hacen pasar por posibles clientes y luego intervienen en los clubs, acusándolos de infracciones contra la salud pública o de tráfico de drogas. En los últimos meses, ha habido varios cierres de clubs de cannabis en Arona y otras partes de Tenerife. Los propietarios suelen defenderse con ayuda de abogados y, en muchos casos, reabren después de unas pocas semanas, aunque a veces deben pagar multas.
Algunos de estos operativos policiales han causado una gran polémica. En varios casos, la policía accedió a los clubs de forma violenta; en ocasiones, parece que usaron una llave proporcionada por las autoridades o incluso irrumpieron en locales cerrados. Actualmente existen nueve denuncias contra la policía por abuso de fuerza, interpuestas por los dueños de los clubs.
Falta de regulación: Un sistema sin normas claras
El rápido crecimiento de los clubs de cannabis en Tenerife revela un problema fundamental: la falta de regulación. Los propietarios de los clubs deben moverse en una zona gris legal, sin un marco regulador claro. Muchos clubs intentan adherirse al modelo de «cultivo comunitario», cultivando cannabis ellos mismos para los miembros del club. Sin embargo, esto no siempre es fácil.
Para algunos propietarios, comprar cannabis en el mercado negro es una alternativa menos arriesgada que el cultivo propio. Esto se debe a que la compra en el mercado negro es una acción puntual y breve, mientras que el cultivo requiere un compromiso a largo plazo, con el constante temor de ser descubierto y enjuiciado.
Los productos disponibles en el mercado negro, sin embargo, suelen tener una calidad dudosa y no ofrecen la misma seguridad para los miembros del club que los cultivos propios, que podrían estar controlados bajo condiciones más estrictas. Aquí se abre una brecha peligrosa que puede tener consecuencias negativas tanto para los propietarios como para los miembros de los clubs.
Procedimientos judiciales y consecuencias legales: A menudo sin resultados claros
A pesar de los cierres y las intervenciones policiales, los procedimientos judiciales contra los clubs de cannabis son poco frecuentes. Cuando llegan a juicio, los propietarios suelen salir indemnes, siempre y cuando no se les pueda demostrar violaciones de sus estatutos o de las normas de cultivo comunitario.
Esta tendencia demuestra lo difícil que es para las autoridades probar infracciones de manera concluyente. Al mismo tiempo, la falta de certeza jurídica y de una regulación clara hace que muchos propietarios vivan «al filo de la navaja», intentando mantener su negocio a flote, pero siempre con el riesgo de atraer la atención de la policía.
¿Es Tenerife el nuevo Jamaica? Una perspectiva a futuro
Los desarrollos actuales y el continuo crecimiento de los clubs de cannabis en las Islas Canarias plantean la pregunta de si Tenerife se está convirtiendo en una nueva Jamaica, un destino famoso por el consumo de cannabis. Sin embargo, a diferencia de Jamaica, donde existen ciertas regulaciones, en las Islas Canarias falta un marco legal claro que brinde seguridad tanto a los propietarios como a las autoridades.
El caso de Tenerife muestra la necesidad urgente de una regulación que permita a los clubs de cannabis operar en un marco legal establecido. Una legislación clara podría mejorar las condiciones para los propietarios y miembros de los clubs, a la vez que protege la salud pública. Hasta entonces, el auge de los clubs sigue siendo un equilibrio inestable entre las necesidades de los propietarios y las exigencias de los agentes del orden.